Por Comunicación LIN

Una jornada de convivencia, aprendizaje y crecimiento.

Dentro del itinerario de Educación en la Fe, se ubica el Movimiento Juvenil Salesiano llamado Cristo Vive. Está orientado a jóvenes, niños y adolescentes, y también anima a los más mayores que ejercen de animadores. Tiene un enfoque integral: formación cristiana, crecimiento humano, vida comunitaria, socialización y espiritualidad. Este curso, comenzamos el 4 de octubre con un encuentro de animadores, y el 17 de octubre con la primera reunión de grupos. Sin embargo, la actividad que ha marcado el inicio de este curso ha sido el encuentro de zona que celebramos el pasado 25 de octubre. Animadores y jóvenes desde quinto de primaria a segundo de secundaria de Úbeda, Linares, Jaén, Granada, Córdoba, Montilla, Pozoblanco, Málaga y Antequera, se congregaron en nuestra casa de Linares para una jornada de convivencia, aprendizaje y crecimiento. 

Tras la acogida, el encuentro comenzó con la celebración de la eucaristía, presidida por el salesiano Jordi Lleixà, delegado de pastoral juvenil de nuestra inspectoría María Auxiliadora. En palabra de Juani Romero, coordinadora del IEF, «una persona muy especial con la que empezar el encuentro». Después de la celebración se realizaron distintas actividades como kin-ball, tchoukball, kubb y yoga, también hubo una yincana formativa, talleres, juegos y competiciones deportivas de voleibol, fútbol, baloncesto y colchonetas. «Un gran encuentro con muchos jóvenes de la misma edad que vuelven a juntarse para compartir el mismo carisma y, también, un momento para conocer a nuevas personas» según Juani.

«Fue una experiencia muy bonita porque compartí muchos momentos con mis amigas del campamento, conocí a gente nueva, hicimos muchos talleres y me lo pase muy bien haciendo actividades de deportes» palabras de Miriam, una joven que participó en el encuentro. 

«Fue una semana muy intensa, de mucho trabajo, pero mereció la pena porque todo salió muy bien. Mucha gente y mucha motivación, trabajamos muchos valores de diferentes formas, como en la yincana en las que tenían que reconocer los valores que conocen. Se agotó toda la comida, de toda las personas que nos reunimos. Al acabar, los jóvenes hicieron una reflexión sobre lo vivido y sentido a lo largo de la convivencia, se repetían los comentarios de felicidad por el reencuentro con sus amigos y la tristeza en el momento de despedida. Fue un día muy completo» comentario de Tamara Ortíz, animadora de nuestra casa.

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