María Auxiliadora

La Virgen ha sido percibida como el mejor Auxilio de los Cristianos desde los primeros siglos del cristianismo. Pero sin duda el santo de María Auxiliadora fue San Juan Bosco.

La Virgen María siempre estuvo presente en la vida de San Juan Bosco, gracias a que su madre, Mamá Margarita, le inculcó ese amor y esa devoción por la Virgen en las oraciones y en la vida diaria. Desde el principio Ella fue el centro de toda su obra.

A los nueve años cuenta Don Bosco que tuvo un sueño en el que la Virgen ya le indicaba su vocación: sería sacerdote. Sin embargo, al principio se refiere a ella como Nuestra Señora de la Consolata, después pasó a llamarla Inmaculada.

En 1862, la Virgen vuelve a hablarle en otro sueño y le dice que quiere ser honrada con el título de «Auxiliadora». Es en ese sueño en el que le señala el sitio en el que construir en Turín el templo dedicado a Ella, la actual Basílica de María Auxiliadora.

En 1863 Don Bosco comienza la construcción la construcción de dicho templo. Sólo contaba con unas monedas de cuarenta céntimos y ésa fue la primera paga que le dio al constructor. Pero fueron tantos y tan grandes los milagros que María Auxiliadora empezó a conceder a sus devotos, que en sólo cuatro años estuvo terminada la gran Basílica. El Santo solía decir: «Cada ladrillo de este templo corresponde a un milagro de la Santísima Virgen».

Don Bosco presenta a María Auxiliadora como la verdadera creadora de toda su obra, la cuál fue su gran apoyo en los momentos de mayor de dificultad. Los jóvenes de Don Bosco la toman como madre y estos quedan cubiertos con su manto, bajo su protección y cariño, hasta el fin de sus días.

Cada 24 de mayo el mundo católico celebra la advocación de la Virgen con el título de Auxilio de los Cristianos y es, además, la fiesta propia de la Familia Salesiana. Fiel al espíritu de Don Bosco y a través de las diversas obras en favor de la juventud en las que trabaja, sigue proponiendo como ejemplo, amparo y estímulo en su labor el auxilio que viene de la Virgen María.

Como diría Don Bosco, “Ella lo ha hecho todo…”